La mayoría de los franceses que llegan a Aragón, por motivos
de cercanía, son del sur de Francia, de Occitania. Hay varios
momentos de venida, uno que no deja rastro en los apellidos por
ser anterior a la formación de lo que hoy conocemos como
apellidos y otros posteriores.
El anterior viene determinado por la reconquista del territorio
a los musulmanes (no hay que olvidar que la mayoría de ellos no
eran árabes, sino hispanos convertidos al Islam, y que pocas
gotas de sangre árabe quedaban cuando les expulsamos) y a la
necesidad de contar con población cristiana en las zonas
reconquistadas, con lo que se hicieron "atractivas ofertas
comerciales" para que cristianos de otros reinos viniesen
aquí. Por supuesto, la mayoría, de zonas próximas, es decir,
de Occitania. Además, cuando los franceses del norte invadieron
Occitania con el pretexto de acabar con la herejía cátara,
fueron numerosos los cátaros refugiados al otro lado de los
Pirineos, en Cataluña y Aragón, que formalmente les habían
apoyado frente a Francia (el propio rey de Aragón murió en la
batalla de Muret frente a los cruzados franceses combatiendo
junto a los señores occitanos y a los cátaros).
En consecuencia, hubo obispos cátaros incluso tan al sur como
la propia Huesca, lo que demuestra indirectamente el volumen de
población refugiada occitana.
Posteriormente a la formación de los apellidos, comienza una
lenta inmigración, que es especialmente intensa cuando en
bastantes zonas del sur el protestantismo comienza a presionar y
tienen lugar las guerras civiles en Francia (los refugiados no
son protestantes, que la católica España no hubiera recibido,
sino católicos que huyen de la situación, o al menos eso deberían
decir). Unos acuden con sus propios apellidos (son los Albiac,
Arillac, etc) y otros toman como apellido el lugar de
procedencia (Comminges, como comentaba Jaume en un correo
anterior, Foix, Gascón, etc, o el genérico Francés). De este
período debe proceder uno de mis antepasados, de apellido tan
claramente francés como Beamont (aunque un francés hubiera
escrito Beaumont). En algunos casos, los apellidos se adaptan al
castellano (así, en el ejemplo, Beamonte, Comenge, etc).
Esta inmigración se ve acelerada hacia la mitad del siglo XVII,
cuando buena parte de la población de Aragón muere a
consecuencia de una grave epidemia de peste (sería interesante
poder ver las cifras de muertos pueblo a pueblo en los distintos
registros parroquiales para cada año, con lo que certificaríamos
los momentos de epidemia en cada lugar), lo que provoca un vacío
que, por una parte, hace que algunos pueblos queden despoblados,
y, por otra, provoca la necesidad de brazos (la maquinaria de la
época es el esfuerzo humano) y la consiguiente inmigración.
A esto puedes añadir los frecuentes contactos comerciales. Por
ejemplo, puedes ver la página de las genealogías de Uncastillo
del compañero José Luis Fernández (la tienes, creo, en la
sección de marcadores, y si no, es http://www.personal.able.es/jlf-ftp/.
Él ha vaciado los libros parroquiales de Uncastillo desde 1500,
y recoge en su página algunos ejemplos de llegada de apellidos
al pueblo. Entre ellos, verás varios originarios de Francia (así,
en 1795 se casa Pedro Brau Lia, cochero, natural de Campan
(Francia) con Miguela Olid Moneo; en 1694 casa Juan Curruchaga
Melida, de Larrau, Oloron, Francia, con Jerónima Lozano de
Urroz; en 1792 casa Martín Irigoyen, de Baigorri, Francia; en
1703 casa Pedro Lafarga, de San Cristóbal, Francia; en 1597
Juan Lamarca, de Francia; en 1636 Pedro Lorente, de Lago,
Francia; en 1745 casa Bartolomé Morlana, de Villeras, Francia;
en 1768 Mariano Oriñac Monteagudo, de Tarbes; etc, etc.
Como ves, una relación bastante larga, y ni yo he transcrito
todos los que cita José Luis, ni José Luis cita a todos los
franceses. Como ves, fechas muy variadas. Pero todos los que he
localizado el pueblo son del sur de Francia.
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