Por otro lado, el
concepto de servicio militar obligatorio aparece con la
Revolución Francesa, por entender que son los propios
ciudadanos los que
deben tomar las armas y defender la nación, y no contratar a
grupos de
mercenarios o voluntarios, que era el sistema anterior.
En consecuencia, en 1793 la República toma la decisión de
adoptar el
reclutamiento forzoso, y en 1799 se aprueba que todos los
ciudadanos varones
deban prestar servicio militar durante 5 años. El éxito del
sistema hace que
la mayoría de las naciones adopten rápidamente el sistema,
pero con dos
excepciones notables, que mantienen un ejército profesional:
Reino Unido
(protegido por su Flota) y Estados Unidos (protegido por la
distancia).
Quien más aprovechó el sistema fue Prusia, que logró la
unificación de
Alemania gracias a una eficiente organización de los recursos
humanos que
comportaba la medida.
No conozco la fecha exacta de implantación del servicio militar
obligatorio
en España, pero puedo decirte que se implantó un sistema
bastante corrupto,
en el cual no sólo existían los "excedentes de cupo"
(es decir, existía un
cupo de soldados a alistar, y se sorteaban las plazas, quedando
algunos como
"excedentes de cupo") sino también la posibilidad de
contratar a sustitutos,
es decir, a personas que, contra el pago de alguna cantidad en
dinero o por
algún otro tipo de contraprestación, cumplían el servicio
militar en lugar
del que inicialmente debía cumplirlo.
Por otro lado, existió en España otra posibilidad, que era la
llamada
"redención en metálico", por la cual, si se pagaba
cierta cantidad de dinero
al Estado, automáticamente se pasaba a la situación de
excedente de cupo.
Como comprenderéis, todas estas situaciones se prestaban a
corruptelas y a
que las clases sociales más desfavorecidas viesen el servicio
militar como
una nueva forma de explotación, por lo que una de las más
frecuentes
reivindicaciones de la izquierda en España fue la abolición
tanto de la
redención en metálico como de la prestación del servicio
militar por medio
de un sustituto.
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Respecto de tu mensaje, sólo decirte que lo que yo indicaba era
la
modernidad del concepto de servicio militar obligatorio. Las
quintas son
algo muy diferente.
En situaciones de peligro, ya desde tiempos muy antiguos se
recurría a
sorteos, que habitualmente suponían reclutar un 20 % de la
población en edad
de portar armas (es decir, el quinto). Este sistema funcionaba
con los
Tercios de Flandes, y siguió funcionando hasta fines del siglo
XIX, y
consistía en reclutar forzosamente a campesinos, comerciantes,
artesanos o
pescadores no instruidos en el manejo de las armas para cubrir
una necesidad
puntual. En este sistema, pues, no hay listados de excedentes.
Por cierto,
además en muchas ocasiones eran secuestrados, literalmente,
forasteros o
vagabundos para cubrir las quintas y evitar la recluta de los
ciudadanos del
pueblo (la marina inglesa recurrió hasta mediados del siglo XIX
al secuestro
en las calles de ciudadanos borrachos para el servicio en la
Flota, y en los
Estados Unidos era práctica habitual hasta bien entrado el
siglo XX).
También se recurría a condenados por diversos delitos,
continuando la
tradición de los galeotes.
Eso es algo muy distinto de la idea de un Ejército permanente,
en el que
sirven todos los ciudadanos, que reciben instrucción militar y
están
teóricamente preparados para responder a una movilización
general.
Así, las grandes batallas de la antigüedad reunían a unos
pocos miles de
soldados, mientras que en las campañas napoleónicas, por
ejemplo, se
movilizó e instruyó a millones de soldados, literalmente a
toda la población
masculina francesa. Cuando en 1914 Alemania movilizó a sus
tropas, reunió a
varios millones de soldados en una semana, los equipó y los
lanzó sobre los
ejércitos aliados, desbordando a un ejército menos preparado y
no totalmente
movilizado, llegando hasta casi las puertas de París en una
sola embestida.
Fue parado por la llegada de las divisiones formadas con
reservistas
tranportadas en taxi hasta el mismo frente de batalla en el
Marne.
Antes de la existencia del ejército de ciudadanos, aquellos que
eran
reclutados pasaban a ser casi profesionales de la Milicia,
abandonando en
muchas ocasiones sus ocupaciones anteriores. Además, la tasa de
mortalidad
era elevadísima, porque el concepto de la Sanidad Militar no
existió hasta
la creación del Ejército moderno.
Por ejemplo, durante la Guerra de la Independencia, la gran
aportación de la
ciudad de Cervera a la batalla de El Bruc fue esencialmente la
constitución
de un Depósito de heridos. Retirados de la batalla a hombros de
algunos
compañeros, amontonados en carros que los trasladaban por
caminos infectos
hacia puntos lejanos, muchos vieron como pequeñas heridas se
infectaban y,
ante la ausencia de antisépticos, aparecía la gangrena,
necesitándose
amputar miembros o pereciendo. Los ejércitos en movimiento se
desentendían
de sus enfermos o heridos, que eran abandonados al cuidado de
los naturales
de la zona.
Por eso era importante evitar mediante pagos en metálico que
los hijos
fuesen al ejército, que era visto como la máquina de devorar
seres humanos
por excelencia, y por eso aparecen cláusulas en los testamentos
para
garantizar que los hijos no pasen a encuadrarse en el ejército.
Respecto de la batalla de El Bruc, es un tema por el que siento
bastante
interés, y precisamente estoy intentando reunir datos sobre las
partidas de
guerrilleros participantes y sobre el desarrollo de la batalla.
Como dato
curioso, un tal Otzet, sin saber por el momento más datos,
capitaneaba a los
somatenes de Moià que acudieron a la batalla, en la que tomaron
parte gentes
de Olesa, Esparraguera, El Bruc, Vic, Moià y varios otros
lugares, además de
algunas unidades del Ejército regular. Lo cito puesto que uno
de los
antepasados de mi mujer es precisamente un Otzet, de quien por
el momento no
sabemos nada, localizado en la zona de Esparraguera / El Bruc.
Hay que
destacar que el Bruc fue la primera ocasión en que paisanos
armados sin
experiencia militar derrotaron a un Ejército organizado en una
batalla en
campo abierto, además al Ejército de Napoleón, que no había
sufrido ninguna
derrota hasta el momento, y que en los mismos momentos,
aproximadamente, vio
cómo tropas españolas al mando del general Castaños
derrotaban al Ejército
francés en Bailén.
Si alguno de vosotros desea más datos, recientemente fotografié
una
reedición de 1960 de un libro de 1860 sobre la Guerra de
Independencia en
Cataluña, escrito pues incluyendo información recogida
oralmente de algunos
supervivientes. En él se cita igualmente la participación en
la batalla de
un nutrido grupo de somatenes procedentes de Vic.
Respecto de la vida de los soldados, podéis consultar las
novelas del
capitán Alatriste, que a pesar de ser novelas tienen un amplio
fondo
histórico, o las novelas del capitán Sharpe de Bernard
Cornwell, sobre las
aventuras de un oficial inglés durante la Guerra de
Independencia en España.
También las novelas de Patrick O'Brian sobre la Armada inglesa.
Tratándose
de novelas, describen a la perfección el momento histórico y
la vida
cotidiana del soldado o del marino.
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